martes, octubre 12, 2004

Cosas que me sacan de quicio

Hay cosas que no soporto que me hagan en clase. Algunas de ellas caben dentro de la lógica de todo mestre, y otras son más personales

Lógicas:
-Que miren el reloj,
-Que pregunten la hora,
-Que me pregunten la hora (estas tres en orden ascendente),
-Que hagan deberes de otras asignaturas,
-Que hablen, y mucho peor: que cuando les llamo la atención por ello me digan “pero si yo no estaba hablando”,

No tan evidentes, más personales:
-Que hagan un chiste entre ellos y yo no me entere, (con lo chafardero que yo soy)
-Que no comprendan que no puedo aprenderme 200 nombres durante la primera semana de clase,
-Que cuando paso lista durante esa primera semana de clase y me encuentro (por ejemplo) “Ana Belén Fernández Sigüenza”, esa persona me diga:
Llámame Anabel. Es como me gusta.
Si le gusta tanto que se vaya al registro civil y se lo cambie: Ni siquiera creo que haga falta eso. Con ponerlo como le gusta a ella en la hoja de matrícula debe bastar.

Y lo peor: que me den una respuesta inesperada cuando les llamo la atención por hablar. Esta la protagonizó hace años Manoli Arrabal, de las que os hablé una vez
Mira para adelante (Yo al borde del ataque de nervios)
Es que me ha estallado el lápiz de Tippex en la boca y ella (la amiga de detrás) me lo esta sacando.
Lo peor de todo es que era verdad.