miércoles, marzo 10, 2004

CV

He criticado mucho ya en este blog le LOGSE. Sin embargo hay que decir a su favor que es una ley muy generalista que se define y concreta con decretos, leyes autonómicas, órdenes ministeriales e instrucciones del Departament. ¡Cada año hay novedades y no hay tiempo para caer en la monotonía ni el aburrimiento! En general (y esto es especialmente cierto desde que el PP subió) las reformas que se han hecho han sido para volver 'a lo de antes' puesto que incluso los mismos políticos, tan reacios a reconocer errores propios, han tenido que dar marcha atrás ante el descontrol que supuso una ley bien intencionada pero poco presupuestada.

Uno de los aspectos que está a punto de fenecer (ahora ya están reducidos a la mínima expresión) son los créditos variables. Se trataba de asignaturas de treinta y cinco horas (generalmente distribuidas en un trimestre) dedicadas bien a ampliar conocimientos, bien a repasarlos. También los había inclasificables dedicados a saciar la diversidad feroz del alumnado. Ejemplo: todos hacen mates, pero unos van sobrados y hacen un crédito de ampliación (que se podía llamar Sin calculadora es posible), mientras otros que tienen dificultades cursarían el crédito de refuerzo Suma, resta y multiplica. Los que no van sobrados ni justitos no hacen nada más, pero hacen otro crédito de otra asignatura...

¡Asignatura! ¡Otra vez se me escapó! En terminología Logse es materia.

Cómo os podéis imaginar hace falta mucha coordinación, muchos profes y mucha mano izquierda para decidir qué alumnos hacen qué (sobretodo teniendo en cuenta que había que consultarlos a ellos y los padres). Podías estar dando ampliación por un lado y refuerzo a la hora siguiente...Cambiar de crédito, además, suponía para los profesores cambiar de horario. Muchas veces, no podías saber en septiembre lo que ibas a estar haciendo en diciembre ni los alumnos que tendrías. Un desastre para planificarse el curso, vaya.

Hoy en día los Créditos Variables son el cajón de sastre de la religión, la segunda lengua extranjera, el latín y poco más, pero hace unos años los profesores teníamos que vender nuestros créditos variables para que nuestros alumnos nos escogieran. Esto incluía ponerles nombres atractivos, que se parecían más a títulos de programas de tele que a asignaturas:
-La vuelta al mundo en 35 horas (qué chispaaaa), de Sociales
-Pequeños experimentos, de Naturales
-Teach your teacher music, de inglés
-¡El teatro es guay!, de castellano
-Repara tus electrodomésticos, de tecnología

En los institutos donde los alumnos eran más heavies se imponían los créditos variables terapéuticos ( también llamados de castigo) en los que los alumnos reparaban las cosas que habían roto en el trimestre anterior:
Mantenimiento del instituto.
O los créditos deportivos, para que jugaran y no molestaran en clase:
-Aprende a jugar al voleyball.