domingo, febrero 29, 2004

Investigando que es gerundio

Una de las muchas incongruencias del actual plan de estudios, la LOGSE, es que durante toda la ESO al alumnado se le pone todo en bandeja para que apruebe (niveles bajísimos de contenidos, diferentes maneras de prestar "atención individualizada"...) para continuar con (sólo) dos años de bachillerato de infarto, que les tiene que preparar para los estudios universitarios.

Una de las estupideces que los sesudos pedagogos de salón que diseñaron el engendro se inventaron fue el trabajo de investigación, que cuenta como una asignatura más en segundo de bachillerato, pero que el alumno hace en su casa con la supervisión de un tutor que se saca de la plantilla habitual del centro. Los alumnos no saben investigar porque en toda la ESO se les dió la materia masticadita y digerida. Ahí empiezan los problemas, porque puede haber profesores que no quieran hacerlo, otros que carguen con más de un trabajo... Al no haber horas dedicadas a ese trabajo, se resuelve con la buena voluntad de todo el mundo, quedando con el alumnado por los pasillos, a la hora de desayuno e incluso cediéndoles tu telefono o e-mail para que te consulten durante las vacaciones de navidad o semana santa. (A los profesores siempre se nos supone buena voluntad). Los tutores (algunos) se sienten muy responsables de esos trabajos y me puedo imaginar que algunos (no yo desde luego) trabajan mucho más que los alumnos en los susodichos proyectos.

Por mi currículum, he dirigido normalmente trabajos relacionados con el cine. El primero fue con un chico al que le había fascinado Pulp Fiction (a quién no), pero que no había entendido ni papa y tampoco le sirvió el trabajo para entenderla (a mí, si). Otra vez, dirigí el de una chica con aspecto siniestro que quería hacer el trabajo sobre películas de vampiros. Descubrí que llegó a ese propósito por haberse enamorado del Stephen Dorff de la película Blade. Fue una relación de mutuo provecho, porque yo descubrí a Stephen Dorff y ella vió unas quince películas de vampiros diferentes.

Lo peor de todo es que en el momento de poner nota se forma un tribunal de profesores (escuchas trabajos que han dirigido otros compañeros tuyos) y escuchar cosas que no te interesan puede ser bastante aburrido si el alumno no tiene gracia presentándolo. Hubo un trabajo que escuche el año pasado sobre la globalización en que la niña no paraba de decir: "Es muy fuerte".
¿Sabíais que el 20 % de la población ostenta el 80% de la riqueza del mundo?
"Es muy fuerte".

Este año tutoricé a un chico que hacía un trabajo sobre el japonés al que tuve que sacarle los colores varias veces porque lo plagiaba todo de internet (de hecho, casi suspende), y ayudé con mucha bibliografia a otro que utilizó el trabajo para salir del armario en el instituto. Me aburrí soberanamente en otro sobre las auroras boreales, aprendí algo con otro sobre la energía solar y estuve en otro sobre las frases hechas en inglés francés, español y catalán.