jueves, abril 22, 2004

Copias y chuletas

Vaya dicho por delante. No creo en los exámenes y a final de curso podría poner una nota a cada uno de mis niñ@s sin examinarlos ni equivocarme, pero hay unas normas que cumplir, y sorprendentemente, cuando no he puesto exámenes (en los tiempos de los créditos variables que expliqué un día), algunos alumnos se me han quejado porque no entendían que yo pudiera tener un criterio objetivo mejor que ése.

Entenderéis entonces que no me dedique a vigilar celosamente cuando pongo exámenes. Las copias entre alumnos se notan mucho en exámenes de lengua, y las otras (tipo chuleta) no me obsesionan. Ya sabéis lo que se dice de una chuleta bien hecha, que sirve para aprender.

Ahora bien, siempre me ha molestado mucho que me tomen por tonto. Como a mi compañera Asun, a la que un niño intentaba convencerle de que no se le podía retirar el examen porque el libro que tenía en las rodillas estaba abierto por una página donde no estaba la respuesta a ninguna de las preguntas.

La tensión del examen sirve para que te digan cosas muy divertidas:
No es lo que parece (ante una lista de verbos irregulares escondida debajo del examen).
Solo le estaba preguntando cosas puntuales (en un examen tipo test).

Una vez que le quite un examen a un niño, me amenazó con llevarme a la directora y no se yo que más, pero el pobrecillo estaba muy nervioso y se lo perdoné. Es muy divertido decir en un examen sin dirigirte a nadie:
Silencio
Y que alguien te conteste:
¡Pero si no le estaba diciendo nada!
Sospechosos habituales...