Salidas de tono
Hace mucho tiempo que no escribo. Hoy os voy a hacer el regalito a los que me leeis o miráis si he escrito cada día. Ya os dije una vez que me esto me emociona profundamente.Hace un año tuve una experiencia curiosa en el trabajo, consistente en dar el curso del CAP (Certificación de Aptitud Pedagógica o algo así) a dos profesoras y un profesor que se estaban formando. Lo de "curioso" es porque pude comprobar cómo me veían personas adultas, formadas en mi trabajo. La educación tiene eso, que siempre estás "sólo ante el peligro" y a los compañeros sólo los ves en los descansos, reuniones aparte. Bueno, a lo que iba, una de esas personas me dijo algo de lo que yo no era consciente: que nunca me enfrento al alumnado en el día a día. Es cierto, siempre busco la complicidad de ellos para que trabajen a gusto y aprendan más. Como estrategia más que como defensa.
Pero claro, uno no es un santo, ni un mártir, y como decía Chiquito de la Calzada:
Una mala taaaaarde la tiene cualquiera.
O una mala mañana, o....
Hoy voy a contar dos respuestas no apropiadas que me vinieron en el viaje a Mallorca, fruto del enorme cansancio producido por aguantar a mis adorables monstruitos las 24 horas del día.
a)Petrita. Papidependiente, no toma decisiones por si sola. No sabe ni vestirse apropiadamente, ni coger paraguas. Como lleva pantalones acampanados y llueve a cántaros, se le mojan hasta la rodilla, haciendo éstos las veces de mopa del pavimento de Palma. (Fea, la imagen). Está desesperada, y se queja durante media hora:
-Mestre, ¿cuándo vamos a llegar? (Repítase en intervalos de cinco minutos)
Llegamos y Mestre negocia con suma habilidad la entrada gratuita y visita guiada al Palacio de la Almudaina, pese a llegar tarde por la lluvia y al ruido que profieren sus alumnit@s desde la calle:
-¿Ahora tenemos que entrar aquí?.
A la salida del Palacio:
¿No nos podemos quedar aquí?
La mayoría de mis niños no han visto una iglesia ni una capilla por dentro ni por casualidad, y cuando veian una en el viaje a Mallorca creían que era un sitio para sentarse.
Yo que la miro como hacía JR cuando decía en TV3:
-T'enfonsaré. (Te voy a hundir)
Y le digo:
-Petrita, estás de bofetada.
Se asustó tanto que no la volví a ver ni oir en todo el viaje.
b) El otro comentario desafortunado me vino hacia el final del viaje. Llevábamos muchas horas aguantándonos los unos a los otros. Algunos niños, entre ellos Pol, se arrastraban más que andaban. Consecuencia más que nada de no dormir sus horas por la noche, tal y como expliqué.
Pol se quejaba mucho, arrastraba su oronda figura y no respetaba las indicaciones del guía. Estábamos en las Cuevas del Drach. Pol se quejaba de andar mucho y se arrastraba, a pesar de que estábamos bajando las cuevas. Me enfadó tanto su actitud, que le dije:
Tu eres como un anuncio de Fontvella. No te pesan los años, te pesan los kilos.
Se quedó un poco indispuesto. Luego le pedí disculpas, pero él ya anduvo más ligero, quiza porque había puesto la cara de JR otra vez sin darme cuenta.
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