domingo, mayo 09, 2004

Iñaki el dealer

Cumpliendo una petición que me hizo Betty hace unos dias, voy a contar lo que le pasó a Iñaki, el niño al que no dejamos viajar a Mallorca porque iba cargado de marihuana.

Quiero hacer unas puntualizaciones. No suelo hablar de nadie en concreto y a veces mezclo personajes en pro de la ficción. Cuando he hablado de alguna persona, le he cambiado el nombre y todas las circunstancias que he podido. Esto ya lo sabíais los que me léeis, pero hoy quisiera añadir que los psicoprofesores de secundaria conocemos a las personas en los peores años de sus vidas. Es entonces cuando se equivocan, tropiezan, etc. Son los años en que aprendes a base de porrazos. Pero la gente cambia (al menos muchos cambian) y la mayoría cambian para mejor.

Otra cosa que quiero puntualizar es la gran hiprocresia que existe frente a las drogas. Yo he podido ver gente mucho peor por el alcohol que por los porros, por ejemplo. El alcohol lleva a accidentes de trafico y maltratos familiares ¿Y que hay del tabaco? Pero claro, el tabaco y el alcohol son drogas que pertenecen a nuestra cultura y no las vemos tan mal. Con tanta globalización y tanto fórum, ¿por qué no un Institut Català de la Marihuana como lo hay del vino?

Bueno, pues a Iñakito le cayó una denuncia "in situ" de la policia con una multa que va de 300 a 30.000 €, dependiendo de la cantidad exacta decomisada y el inicio de un expediente escolar. Según mi amigo Alex, que sabe de leyes, esto es irregular, ya que a nadie se le puede castigar dos veces por el mismo error (sea delito o falta).
Se le ofreció a su familia (muy agradables, los conozco personalmente) no hacer nada si lo cambiaban de centro, pero a estas alturas del curso ya no lo aceptaban en ningún sitio que no fuera una academia de esas que ocupan un piso de l'Eixample y se anuncian durante todo el año en el periódico.

En mi instituto no estan acostumbrados a tener casos como el de Iñaki (por suerte, casos como este hay pocos!). Lo que quería decir es que en otros institutos situados en barrios más desfavorecidos, los expedientes estan al orden del día: por absentismo, mal comportamiento, etc. Como en el Instituto donde estoy este año la mayoria de los niños son de clase alta, la conflictividad es poca y se reduce a la manera de vestir o la puntualidad a primera hora. Cuando hay un caso que se considera grave, las autoridades de mi instituto se desbordan.

¡Ojo! Tampoco sé cual es la mejor manera de tratar con el problema, salvo que la mayor parte de la responsabilidad de la educación de una persona está en su familia.

Los adolescentes son muy sensibles a esto y se rebotan fácilmente. Han tenido que tragar, todos, dos conferencias sobre drogadicciones, amén de multiples broncas y sermones. Lo que para nosotros puede ser anécdótico a ellos les parece de una injusticia inmensa y preparan contraataques y venganzas.

Esto se ejemplifica muy bien en el caso de Iñaki. A mí (lo confieso) me cae bien: es inteligente pero pecó de ingenuo al encargarse de llevar el material de unos cuantos él solo. Ha asumido su error pero sin perder su dignidad. Estos dias (cuando venian sus padres a hablar con la dirección) optaba, como unico método de protesta posible, por vestirse cada vez más agresivamente, y un día se presento con unas crestas que ya las querría para sí Peter Pank.

Ya os contaré si la situación se endereza finalmente. Aún queda para fin de curso.