miércoles, mayo 12, 2004

Stress Total

No es una película de Arnold. Es lo que se suele vivir en los institutos normalmente. Por los pasillos te piden una nota, te hacen un comentario sobre la ropa que llevas o tienes que separar a dos que se estan pegando. Llegas a la supuesta paz de la sala de profesores y una te cuenta que tal niño de tu tutoría le ha hecho tal perrería, la otra se queja de otra cosa... y tu aún tienes que pasar la lista de faltas del mes pasado, que ya estamos a doce... ¿Te podras refugiar en el departamento de inglés, donde la compañera neurasténica intenta encasquetarte hace un par de dias la elaboración del examen final del curso que tu y ella compartís?

A los miembros de la junta directiva esto se les multiplica. Hoy quiero defenderlos, porque tienen que tragar todos los marrones de la casa y las 80.000 ptas de más netas que cobran no compensa tanta hora y dedicación. (Esto de decir lo que cobran lo digo porque es público, solo hay que ir a la página del gencat para saber lo que cobramos todos los fucionarios catalanes.) Muy poca gente quiere ser director/a, y hay muchos por ahí nombrados a dedo, en el sentido "impositivo desde arriba" de la palabra.

Hoy he podido recordarlo. Buscaba a la directora para un tema personal y me encuentro en la antesala de su despacho dos niñas con los ojos llorosos. Son alumnas mías, de un grupo de refuerzo al que sólo visito una vez por semana. Soy su profe de repaso. Entra una y se queda la otra

¿Qué te pasa Pilaruca?
(sollozando) Mi tutor, que es un gilipollas!
Uy, Pilaruca, empezamos mal. ¿De verdad crees que la directora te va a hacer algo de caso con ese vocabulario?. La educación, aparte de importante, te puede ayudar a expresarte mejor. Yo, por ejemplo, todavía no se lo que te ha pasado y ya estoy ofendido contigo.

Mis reflexiones largas surgen efecto y consigo que me lo explique. Pilaruca había estado intentado justificar todas sus faltas de asistencia desde el mes de noviembre, así de golpe. ¿El motivo? la proximidad de la visita al Fòrum, a la que no se puede asistir con faltas graves, y treinta faltas de asistencia no justificadas lo son. El tutor debía tener un mal día y la contestó mal, y ella, ¡ala!, a la directora.

Más tarde, cuando la directora me ha atendido a mí, ha tenido varis interrupciones telefónicas. En una de ellas ha pedido por favor a una madre que no la amenazara por favor ya que el problema que le estaba contando(ni lo sé ni lo quiero saber!) era totalmente desconocido por ella hasta ese momento y ya le acababa de decir que se ocuparía del tema.

La verdad es que me he puesto malo yo también