domingo, octubre 17, 2004

El juego del disparate

El hecho de dar clases de lenguas nativas me ha reencontrado, este año, con un clásico de los institutos: se trata de los disparates lingüísticos. A mí me parecen divertidísimos, y además los hay de varios tipos:
a) Confusión genuina de palabras. Por hablar de epítetos, de elipsis, y de sujetos elípticos en clases relativamente cercanas en el tiempo, el otro día alguien se confundió y me dijo que una oración tenía un sujeto epiléptico.
b) Hipercultismos: alguien quiere dárselas de enterado utilizando una palabra difícil o culta y la utiliza de un modo erróneo: Soy contradictorio a llevarme el bocadillo de casa. Prefiero comprarlo en el colegio. Mi madre me hizo comprar vinagre de moderna.
c) Interferencias catalán / castellano y viceversa: Hoy en día las mujeres aún tenemos que defensar nuestros derechos.

No sabéis lo que me costó convencer a esa niña de que, a pesar de haber un ministerio de defensa, las cosas y las personas se defienden.