lunes, diciembre 20, 2004

Amoríos

Tal y como yo esperaba Dolça Cum Baià ha vuelto mucho más recuperada del fin de semana. Me preguntaba Betty que cómo nos enteramos de los amoríos de los alumnos. Hay varias maneras:

a) Observación en los rincones que comentaba el otro día. A diferencia de los adultos, en los adolescentes los restriegues, achuchones y demás tocamientos suelen ir acompañados de amor verdadero.
b) Cotilleo: Tal y como comenta Allie, los profesores comentamos mucho, siendo las sesiones de evaluación el lugar idóneo, ya que al estar todos juntos podemos hacer puesta en común sobre personajes concretos. Ya lo conté una vez.
c) Algunas veces te cuentan cosas en las redacciones, por increíble que parezca. Es mi especialidad. Solamente hay que poner el título correcto en la redacción después de haber creado un clima de confianza. Te pueden contar cosas propias o ajenas, siendo ésta última categoría menos de fiar y que debe uno contrastar, por ejemplo en las reuniones de evaluación. Así descubrí una vez que a un alumno le gustaban los hombres.
d) También te lo cuentan a veces los padres: generalmente son los padres de chicos, orgullosos de que su machito en potencia haya pasado a la acción.
e) Finalmente también te lo pueden contar ellos en la entrevista tutorial: tengo comprobado que cuando aparentemente todo va bien y las notas van mal es que el/la sujet@ está enamorad@.

La historia de Dolça con Txell es fantasía. Yo tengo una intuición bastante firme respecto de los gustos sexuales de Dolça, esto sí. A veces uno desde fuera ve estas cosas con mayor claridad que ellos, pobrecillos, con toda la confusión de la adolescencia.

Ahora recuerdo unas alumnitas que estaban entusiasmadas con Tatu, y se pusieron rojas como un tomate cuando yo les dije, traduciendo de una página de Internet, que eran lesbianas. ¿Escandalizadas o descubiertas?

Pero lo de Dolça con Txell puede ser verdad en cualquier momento y ahí está la gracia. Mañana explicaré lo que le ha pasado a Dolça en realidad este fin de semana.