jueves, marzo 10, 2005

Amor a la Pekinesa

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Hoy quiero compartir con vosotros un examen de un alumno oriental que me ha dejado perplejo. Que tenía un dominio del inglés ya lo sabía porque es su lengua de supervivencia aquí, pero lo que ha escrito hoy no tiene precio.

Un tipo de ejercicio que se suele exigir a los alumnos avanzados es que construyan un diálogo diciéndoles lo que tiene que pasar en el mismo. Por ejemplo: te encuentras con tu amigo Juan, le preguntas como está, te dice que un poco cansado porque tiene que hacer la compra cada día desde que su madre esté enferma....

En el examen que he corregido hoy los protagonistas se encontraban unos turistas extranjeros perdidos, les ayudaban a encontrar el camino de vuelta a casa, se hacían amigos, intercambiaban unas preguntas y respuestas y quedaban en verse antes de que los turistas volvieran a su país. Había una posible lectura en clave de romance que algunos de mis alumnos han plasmado en el diálogo y otros no. Mi alumno oriental ha escrito lo siguiente:

-Esta bolsa es como una pesada piedra en la espalda de un pajarito No te preocupes mi pajarito, yo la llevaré por ti.
-¡Oh!, ¿pero soy un pajarito?
-Si, eres un precioso pajarito del color de la fantasía para mí.
-Chico, eres interesante y agradable para mí, pero un poco extraño. No me digas más cosas por favor.
-Lo que usted ordene milady.


La verdad es que desconocía esta galantería en boca de los orientales. Conozco la buena educación de los japoneses, pero esto parece casi de Shakespeare. ¡Que me pellizquen por favor!