jueves, febrero 17, 2005

Indignación de Miguelillo

El tema de los incentivos a la participación en clase mediante los positivos me está resultando algo complicado de aplicar este curso en la clase que tiene mal Feng-Shui. Resulta que por un lado el dar la palabra a alguien me puede enemistar con el resto de la clase, y por el otro, hay una serie de personas que se han tomado lo de los positivos como si fuera un deporte de alta competición, resultando que ahora mi clase tiene un ruido de fondo más propio, a veces, de un partido de fútbol que de una clase.

Reconozco que me lo paso bien. Incluso en esa clase con tan mal rollo a veces hay personajes que me gustan. Hoy voy a hablaros de uno de mis favoritos, Miguelillo López-Acebo. Tiene la voz rota por el cambio adolescente y cara de chiste. Saca buenas notas pero no es repelente y aspira al number one en el ranking de positivos.

Hoy ha llegado al extremo de traerse el trabajo que yo pongo en clase (del libro) previamente preparado para lucirse aún más. Pero claro, los otros también existen y él no podía aspirar a que pasáramos por encima la labor de sus compañeros.

-No hay derecho (frase más repetida en los institutos de Catalunya junto a Es injusto). Yo tenía la mano levantada desde mucho antes y no me has dicho.

-Pues te vas a llevar un negativo por protestar.

Miguelillo se ha puesto a hacer bolas de papel con trozos de Kleenex dispuestos en la mesa de un modo peculiar y que yo veía desde lejos. Al acercarme para contemplar aquello, me comentó:
¿Te gusta? Es una obra de arte moderno. Se llama “Indignación de Miguelillo”
Llévala al Caixa Fòrum. A lo mejor te echan unas pesetillas
, le contesté.

Más adelante y minutos antes de que sonara el timbre Miguelillo había hecho otra figura con Kleenex. Se notaba que era masculina por el rabillo que surgía de ella en el lugar del pene.

-¿No me estarás haciendo Vudú?
Sin contestarme ni mirarme a la cara, cortó el rabo con unas tijeras y me preguntó:
-¿Te ha dolido?
Mañana, en mi programación oculta de la clase: Reconciliarme con Miguelillo.