martes, febrero 22, 2005

Tutoría, tutoría

Hoy he tenido tutoría, tutoría (pronúnciese como el famoso tono Bisbal)

Poco a poco (tengo que admitirlo) voy queriendo a estos niños y niñas como si fueran mis 25 hijos. Se dice pronto. Creo que ellos me van apreciando también conforme me conocen más. Vamos sabiendo de qué pie calzamos cada uno y nos tenemos confianza. Yo opto por no mentirles nunca y creo que esto lo valoran bastante.

Nunca saben con qué les voy a salir en una clase de tutoría (en la ESO, os recuerdo, son
presenciales) y yo les doy diferentes formatos:

Modo encuesta: Me presento con un cuestionario previamente elaborado y se lo paso. Pueden ser de temas muy diversos: las semanas pasadas el tema estrella era la orientación laboral (hay vida más allá de la ESO), pero hoy les he pasado un cuestionario sobre drogas para preparar el tema a unos expertos que han de venir próximamente. Se me quejan siempre que hablamos de drogas, porque dicen que pagan justos por pecadores y que para qué les damos tanto la vara si al final hacen lo que quieren y lo único que queremos nosotros es que si se drogan que lo hagan fuera. La sinceridad de los adolescentes, tan cruda.

Modo confesionario: Cojo a alguien por banda y hablamos es tête a tête. Normalmente es porque un profesor se me ha quejado de esta persona o porque ha pasado algo inesperado. También pueden solicitarlo ellos, como ha sucedido hoy con Rebeka Chonda, que hoy me ha venido a decir qué porque no le he recomendado yo ir al psicopedagogo del instituto si Mireia Cap Verd y Jordi Vehils Muller sí van. De repente le ha entrado una preocupación que va más allá del próximo fin de semana y eso había que escucharlo porque era un progreso para ella.

Modo queja: Se quejan de un/a profesor/a. Yo me limito a escucharles, a informarles de sus derechos si han sido conculcados y a invitarles dialogar con el Mestre en cuestión, ya que yo no puedo hacer de abogado de nadie. Este formato de tutoría desaparece a lo largo del curso porque o bien aprenden a dialogar y a exponer sus quejas de modo educado y razonable o porque simplemente ven que yo no voy a enfrentarme con un/a compañero/a. Podríamos llegar.

Modo debate: Improvisado normalmente, me limito a escuchar y moderar. Suele combinarse con el modo queja o el modo encuesta.

Modo stand-by: "Niños, hoy no tengo nada que deciros. Podéis hacer deberes" Se combina a la perfección con el modo confesionario.