Santa Mónica
Cuando estuve en Los Ángeles dormí en dos sitios. Uno fue al lado del aeropuerto, casi en Inglewood, porque tenía que volver a España muy temprano al día siguiente, y el otro fue en Santa Mónica, que es la cuna del pijerío californiano. Hasta los homeless parece que tengan más poderío y se montan unas tiendas de campaña bajo las Palmeras del parque de Pallisades que ya los quisieran para sí los limpiacristales de Las Vegas. Santa Mónica es en realidad un municipio independiente que forma parte del conglomerado de Los Ángeles, algo así como el Sitges o Castelldefels de Los Ángeles. Pero claro, como estamos en California todo es a lo grande...Caro, todo es muy caro. Pero es el precio que se paga por poder salir por la noche a pie. La calle tercera la han hecho peatonal (le llaman “the third street promenade”). En otras palabras han descubierto que podían hacer un mall en plena calle, con su clima tan estupendo. Allí se concentran todas las tiendas exclusivas, los cines, las cafeterías para mirar y ser visto. Curioso, uno de los pocos sitios que recuerdo con mal servicio al cliente fue en un café de esta zona.
Fuera de las compras es aconsejable alquilar unas bicis para poderse hacer una idea de lo grande que es la fachada marítima y poder acercarse a rincones como el “Muscle Beach” (donde pinchas a los tíos y en vez de sangre sale Creatina, L-carnitina y otros anabolizantes) o Venice, que (en la línea de lo que decía en el post anterior) es una reinvención de Venecia que la mejora aunque ya no se parece en nada al original ni falta que le hace.
Es muy famoso en Santa Mónica el embarcadero, supongo que porque fue uno de los primeros de la zona. Sin embargo, como decía el personaje valenciano de la serie Oh Europa!, me l’imaginava més gran.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home