martes, abril 12, 2005

Soluciones habitacionales (Mallorca 1)

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Esta es la primera entrega de la serie “vacaciones infernales en Mallorca”, patrocinado por vidrios Gordiola y la denominación de origen Balears Qualitat.

Nos encontramos a una hora intempestiva en el aeropuerto, donde conocí al novio de Samanta Rodrigo, la cual pertenece al grupo de los serios y responsables. Es tan seria y responsable que el novio era diez años mayor que ella, y estuvieron dándose mimitos y achuchones hasta el último momento. Cuando yo empezaba a mirar el reloj y poner mala cara, el maromo (que trabajaba en Hispania Airlines, nuestra compañía) abrió un mostrador de facturación para impresionar a Samantita y sus amiguitos, desmontando eso sí la cola ordenada y sin pisotones que tanto me había costado conseguir. Encima, tuvimos que oír durante el resto del viaje que habíamos salido gracias a él.

No registraron a los dos o tres que llevábamos con pinta okupa y salimos en hora. Sin incidentes. Al llegar al albergue, la pelea clásica de dividir y repartir las habitaciones entre los nenes se convirtió en lucha feroz hasta que yo propuse un sorteo puro: sin dejar opción a elegir nada. Entonces se pusieron milagrosamente de acuerdo...

La visita a Palma ciudad fue bien, con la excepción de alguna impertinencia por parte de Anna Konda que exigía a las guías del Palacio de la Almudaina que hablaran en catalán y los gritos que por todas partes se daban los de la pelota cuando se perdían. Por la tarde, subimos al castillo de Bellver y unas niñas que ya se habían arruinado (más adelante supimos por qué) hicieron autostop con el consiguiente peligro y bronca posterior.

Mireia Cap Verd, Rebeka Chonda y Graciela Sanmartín compartían habitación y confidencias. Se estaban duchando para cenar (?) cuando de repente un ruido inesperado las sorprendió al ir a cepillarse el pelo: ¡Era una manzana! ¿Cómo había ido a parar a su habitación?

El albergue (precioso) forma parte de una institución que da servicios generales a los menores: uno de estos servicios es un piso tutelado para adolescentes sin familia vigilados por un tutor. Por la noche la tutora vino a vernos, cabreada: faltaban tres mozalbetes y tenía serias sospechas de que estaban dentro de alguna de nuestras habitaciones. Yo, que había visto el perfil público de Graciela en el Messenger (argentinita caliente y dos números más), no tuve ninguna duda de donde ir a buscarlos...

(Continuará...)