lunes, noviembre 14, 2005

Adorables personas

Seguiré hablando de la "libertad de enseñanza" próximamente. Ahora conviene un respiro en forma de historia.

Ya mencione una vez cuán grande es la (bio) diversidad del instituto donde estoy este año. Pero con quien estoy aprendiendo cantidad humanamente hablando es con los de necesidades educativas especiales. Son (ahora que no me oyen y hablando claro) los disminuidos psíquicos.

Los profesores que los llevan son un encanto de amabilidad y paciencia. Unas personas de buen rollo perpetuo que hacen un trabajo que no se paga con dinero. Y ellos, los alumnos,...pues un encanto también. Participando en lo que pueden, ayudando en otras cosas y haciendo cosas que no hacen sus compañeros y que son tan elementales que olvidamos nosotros mismos que tuvimos que aprender una vez. Lo explico con dos ejemplos:

Taller de compras: Para potenciar su autonomía personal, salen con los profesores a comprar. Los encargos los hacemos los otros mestres y nos lo traen a clase. Puede ser cualquier tipo de encargo: echar una carta, recoger una medicina en la farmacia o unos zapatos en el rápido. De esta manera aprenden a buscar las tiendas, a que les den el cambio, a volver al instituto por un camino distinto...

Taller de comida: Una vez a a la semana elaboran un desayuno especial que se sirve a un profesor elegido al azar. Hoy me ha tocado a mí, y yo que no desconocía la existencia de dicho taller, me he quedado alucinado, sorprendido y emocionado. Esto les sirve para hacerse la comida ellos solos, pero también aprenden a usar la cocina de un modo seguro, a comprar para hacerse una comida.

Creo que se me ha notado la emoción, y el detalle me ha gustado mucho aunque la clase de hoy ya llevaba más interrupciones que una película de Antena 3. Lo he agradecido con el alma, pero no me lo he comido. No me apetecían unos tomates rellenos con atún y huevo duro a las diez de la mañana. Pero me ha servido para que Panchito Contentito me trabajara por primera vez en el curso a cambio de uno de los tomates y Melanie de Vil no me discutiera la metodología de los ejercicios a cambio del otro. El pan y el zumo de naranja me lo he tomado yo.

4 Comments:

At 7:56 p. m., Anonymous Anónimo said...

Y me imagino que de la convivencia no sólo aprenden los niños con necesidades especiales, sino los otros también. Aprenderán que existen personas diferentes a ellos, pero capaces, a su nivel, de manejarse y de desenvolverse.

En un principio estaba en contra de esta integración, pero veo que para que sea exitosa lo único que hacen falta son medios.

Yo temía que con los mismos medios que ya existían le metiesen a un mestre un niño discapacitado psíquicamente y búscate la vida, pero veo que las cosas se hacen con dod dedos de frente.

 
At 9:06 a. m., Blogger betta said...

jos, estas cosas te devuelven un poco la esperanza en el mundo, en serio. :)

 
At 6:49 p. m., Anonymous Anónimo said...

Oye, precioso post...En mi insti de esto no hay nada...

 
At 11:04 a. m., Anonymous Anónimo said...

A más de uno nos tenían que haber enseñado a cocinar en el cole. Van a salir más preparados para la vida real los niños con necesidades especiales que los de ¿necesidades normales?.

 

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