martes, diciembre 19, 2006

Últimos días del trimestre

La jefa de estudios llegaba rápidamente después de comer, encontrándose encima de la mesa una nota de un profesor de la comisión de convivencia. Al mismo instante, entraba el mestre como pidiendo disculpas:

-Qué mañanita hemos tenido. Mira, no he tenido tiempo con el MichaelDouglas de la Torre. Hay que expulsarlo. Si quieres, yo lo voy a buscar a clase mientras tú llamas a la familia.

Vale, chato (pocas eran las personas con las que la jefa de estudios tenía estas confianzas, pero Miquel Perramón era un cielo que además le sacaba las castañas en más de una ocasión en la comisión de convivencia.

Mientras buscaba el teléfono de MichaelDouglas de la Torre en el ordenador, leía el motivo de la expulsión:

Vino la madre de Rubensito Ferrer de 1º A para decir que le había amenazado con una navaja a la salida del instituto. Hemos investigado y es cierto, ya que hay varios testigos. Sanción propuesta: quince días de expulsión y apertura de expediente.

El móvil de la mamá de MichaelDouglas fue contestado por una niña de unos tres años. La jefa de estudios no tenia más paciencia y le mandó que se pusiera su madre:
-Está durmiendo
-Pues despiértala, mona.

Después de informarle de los sucedido, la mamá de MichaelDouglas empezó a despertarse y dijo:
-¿Pero, bueno, usted lo ha visto? Mire que en casa no somos de navajas.
- Yo no lo he visto, pero mucha gente lo ha visto y está requetecomprobado. De todos modos no la llamado para discutir del caso ahora, sino para informarle y para asegurarme de que va a haber alguien en casa para abrir al niño.
-Esto habrá que verlo.
-Pues venga a verlo mañana. El niño sale ahora del instituto hasta el 22 de enero. Hasta luego.

La jefa de estudios estaba sofocada. Esa semana estaba siendo muy pesada, con los niños en modo navidad y miles de trabajos pendientes antes de empezar las vacaciones. En ese momento llamó a la puerta el Isra.

-¿Señu, me compras polvorones? Son para el viaje de fin de curso.
-¿Dónde vas a ir tú, bandido? ¡Si no te van a dejar ir a ningún sitio con esa cara de malo que tienes!. Anda... pasa y cierra la puerta.


-Lo que tu quieras señu. Lo que tu quieras.

domingo, diciembre 10, 2006

El retorno de Doña Concepción

Pepita se marchó al acabársele su sustitución. Volvió entonces la profesora titular, que había encadenado tres embarazos (no en vano se había convertido a la Obra en prueba de amor a su marido) con sus correspondientes bajas y permisos de maternidad.

Doña Concepción era pues una gran desconocida en el centro, siendo mítico ya su nombre entre profesores, administrativos y conserjes. No para los alumnos, claro, que sólo habían visto otros profesores: ¡había existido alguna vez de verdad? Alguien juraba haberla visto...
Paralelamente Doña Concepción tampoco conocía muchas cosas del instituto, ya que había pedido plaza allí, en el Baix Llobregat, por una promesa pero sólo había trabajado allí dos meses, ya que los embarazos empezaron a sucederse. Muchos aspectos era nuevos, incluídas algunas personas. La jefa de estudios, sin ir más lejos, había entrado el mismo año que ella y mírala, ya estaba de jefa de estudios. Claro que seguía soltera y eso a los ojos de Doña Concepción era una desgracia, aunque nunca se lo diría claro está.

A Doña Concepción le cayó una tutoría que seguro que Pepita no echaría de menos: 2º A. Empezaba fuerte el día porque tenía la visita de una madre de una niña que por lo visto había empezado a dejar de comer, Mairenita Gómez.

- Yo ya había notado que la niña me se mareaba mucho, pero no me había pensado nunca que se me quería hacé anoréssica. Mi marío y yo nos separemos, sabe usté, de mucho acuerdo pero a la niña no le gustó. Y además yo creo que mi marío, bueno, mi es-marío, la ha puesto en mi contra, porque me contesta por cualquier cosa. El otro dijo me dijo que era una sarcástica. Profesora, ¿sabe usté qué é una sarcástica? No será nada malo…

Doña Concepción empezaba a pensar que su profesión había cambiado más rápido que ella en su ausencia, cuando vio un mozo detrás de la madre de Mairenita que no sabía si era un alumno o un hermano mayor.
-¿Va con usted este joven?

-Este es el primo de la Mairenita, que lo tenemos recogido y vive con nosotros. Ahora la vigila pa que coma, es tan bueno… el otro día sin ir más lejos se metió en su habitación y le tiró a la basura unos enemas que se había comprado para echar toda la comía.

Entre las notas que le había dejado Pepita de parte de la psicopelagoga, Doña Concepción había leído que no se sabía si el primo se acostaba con Mairenita o con la madre. De repente le entró un desmayo, que no un mareo y la entrevista se pospuso para otro día.