miércoles, febrero 22, 2006

Visita a la Universidad

Hubo un tiempo (cuando este Mestre que os escribe iba a secundaria, entonces llamada BUP y COU) en que los estudiantes no podían escoger la universidad donde querían ir, y la universidad donde uno iba dependía del centro donde se había hecho el COU.

Hoy en día, la feroz competencia y la libertad de elección ha llegado también a las universidades, por lo que he acompañado a unos alumnotes de 4º de ESO (quería decir alumnetes, lo que delata el subconsciente a veces) a un tour por la Autónoma.

Para mi sorpresa, se han portado muy bien. Por ejemplo, pedían permiso para fumar mientras esperábamos la llegada de los monitores cuando sabían que sólo les podíamos decir que no y que podían fumar sólo con alejarse unos metros de nuestra vista.

Han escuchado las explicaciones de los instructores (que también lo han hecho muy bien), y los inevitables comentarios (Esto es muy grande pa’ mi gusto, perla del día a cargo de Samu Towers, uno que va para jugador de baloncesto) los hacían en plena complicidad y diálogo con los estudiantes universitarios que nos han guiado.

Yo creo que por un lado estaban un poco aturdidos ante la extensión de todo lo que se les venía encima y por otro lado son unos niños que no salen casi de su barrio y se sienten tremendamente inseguros fuera de su territorio. Bueno, también hay una receta que tenemos en nuestro instituto, y es que los alumnos que han sido expulsados alguna vez pierden el derecho a hacer cualquier tipo de salida durante el resto del curso.

Por supuesto, a las Jessys, las Cassandras y los Johnatanes se les distinguía de lejos y parecían sacados de un episodio de los Morancos más que de un aula, pero han estado bastante más comedidos que en los pasillos del instituto. Los monitores han quedado contentos y nos han dicho que han escuchado más que otros colegios.

Estoy sorprendido, aún. ¿Será que los pijos son más insolentes?

lunes, febrero 20, 2006

Chistecito

He recibido hoy, via SMS, este post que os transcribo:

Bando urgente de la la consejeria de Educación:
Como control para evitar la gripe aviar se prohibe en los centros educativos jugar a la oca, hacerse el gallito, rezar el avemaria, ser gallina y hacer el ganso.

Firmado, la consellera.

¿Habrá que prohibir al canario salir al balcón?
¿Qué vamos a hacer con las palomas de Barcelona?

domingo, febrero 12, 2006

Lírica teen


He recibido algunos comentarios en el sentido de que no todo el mundo se parte de risa con las historias de la Vero y compañía. Bueno ya lo dije, estoy en un barrio más duro que el del año pasado. De todos modos soy bastante feliz en el nuevo instituto. Todo es relativo y cómo se suele decir en todas partes cuecen habas. Tan graves eran, para ella, los problemas existenciales de Dolça Cum Baià como los de la Vero. Las historias de los adolescentes se parecen mucho en todas partes y claro, tampoco me voy a repetir.

De todos modos y para dar un descanso a la historia de la Vero os voy a relatar la no menos espeluznante lírica de las agendas. Me explico: Una cosa que ha traído la ESO es que la gran mayoría de los Institutos regalan a los alumnos de primer ciclo agendas en el momento de matricularse. Parece ser, y que me corrijan si éste no es el motivo, que en primaria no se ponen deberes y claro, al llegar al instituto los alumnos no saben lo que es eso. La agenda serviría pues para favorecer ese hábito.

El condicional de la última frase del párrafo anterior no es una figura literaria. A veces la agenda sirve, a veces no. Yo soy del parecer de que los hábitos que quedan son los que se aprenden en casa, como dice el mestre de la campaña institucional (para mis lectores de fuera del ámbito catalán, hay cosas que yo no puedo enseñar).

Las agendas se llenan a veces de fotos de Josh Harnett en bolas, dibujos con rotuladores de purpurina que hacen daño a los ojos, y lo que es peor, frasecitas horrendas que riman con aspiración a ser llamados poemas.

Hay quien teme la muerte, hay quien teme el dolor, yo lo que temo es quedarme sin tu amor.

Del género chistoso:

Te quiero como a una amiga
Te quiero como a una hermana,
Pero no te quiero más porque no soy lesviana. (sic)
(que quede claro que no la vayan a confundir)

Las monjas a rezar, las listas a estudiar, y nosotras las gamberras a lo nuestro que es ligar.
(qué poco que saben de la vida: las listas de verdad estudian y ligan, lo hacen todo)

Furor uterino:
Si yo fuera hormiguita subiría a tu balcón, subiría a tu balcón, para decirte a la orejita: TÍO BUENO, MAZIZO (sic) y BOMBON.

Frases de odio:
Si los cerdos volaran la sala de profes sería un aeropuerto.
Cuando más miro a los hombres más me gusta mi perro.

sábado, febrero 11, 2006

Vero Part II

Una semana más tarde, la psicóloga destructivista había hablado ya sobre la Vero con mucha gente. La trabajadora social de servicios ídem del ayuntamiento, la enfermera del programa “Salud en la Escuela”, con el tutor, con la coordinadora y hasta con la niña  propiamente. Pero había pasado otro fin de semana y el angelito había vuelto a hacer de las suyas.

-Uy Vero, ¿qué son estas marcas en los brazos? Le subía las mangas y aumentaba su estupor. Hasta tres cicatrices se podían contar a diferentes alturas de brazo y antebrazo.
-¿No se  te ocurre otra manera de llamar la atención?
-Es que no quiero llamar la atención. Quiero matarme.
-Pues te equivocas de venas. ¿Ves éstas de aquí, en la muñeca? Éstas son.

La psicóloga destructivista las había visto ya de todos los colores y no se amilanaba por unas cicatricillas de nada. La Vero estaba deprimida, y con razón.

A los problemas en casa se le había unido otros nuevos. Sus amigas no le hablaban por aquello de los porros (ellas no querían meterse en líos, que venía el viaje de fin de curso pronto, y les interesaba que los profes no les relacionaran con ella), se le había infectado el piercing que se había hecho en el bigote (un sitio ya de por sí feo para hacerse un piercing, como para que encima se te infecte), y Rubén Colomares, que había estado tonteando con ella a principio de curso, se morreaba por los pasillos con otra amiga.

No hace falta decirlo: las notas tampoco eran como para subir la moral.

sábado, febrero 04, 2006

Vero Part I

La psicóloga destructivista andaba muy ajetreada aquel día. Dos posibles embarazos, una borrachera y cuatro absentistas en un solo día era demasiado incluso para ella que era de la línea hard. Quizá dos de los casos de absentistas podían ser derivados al mediador gitano y la niña a la mediadora magrebí. Pero aún así, le quedaban cuatro y lo peor estaba por venir.

La madre de Vero se presentó en el instituto, sin avisar, para hablar urgentemente con el tutor. Éste estaba dando clase, y claro, sin cita previa no procedía irle a buscar. De modo que la psicóloga destructivista se armó de valor y atendió a la madre de Vero, la cual, en albornoz y zapatillas, empezó a contarle lo que le había pasado el fin de semana en la boda de una prima.

En pleno banquete, y a la altura de los postres, la Vero y unas primas habían desaparecido.
-Yo ya sabía que mi Vero fumaba, pero eso...
-¿De qué estamos hablando, señora?
-Me la encontré desmayaíta con los porros... Y las primas decían que no sabía nada, que era cosa de ella todo, y que ya lleva dos años tomando.
-Ya. ¿Y usted se lo creyó?
- A ver qué iba a hacer... era mi palabra contra la suya, con mi niña ahí inconsvalenciente...

A veces pasa que cuando hay una adicción ésta se superpone con otra.
-¿Su hija bebe?
-No, alcohol no le damos...
-¿Y qué otros problemas hay en la casa?

La psicóloga lo escuchaba todo mientras un hedor etílico invadía la sala de visitas. Claro, te lo bebes tu todo con el tufo a alcohol que llevas. Deja que adivine, Licor 43, ¿verdad?

Una vez acabada la entrevista , a las diez de la mañana de un lunes, la psicóloga destructivista se fue al bar de la esquina y le pidió al neng un carajillo bien cargado, de coñac se entiende. Iba a ser un día largo.