miércoles, septiembre 29, 2004

Guardias

En los institutos públicos una de las tareas de los profesores son las guardias. Lo normal es que se hagan tres horas semanales.
¿En qué consisten? Básicamente, y como consecuencia de la infantilización general de la sociedad ejemplificada en los institutos, en hacer de retén para que, en caso de que falte un profesor (por enfermedad, porque está de viaje con otros alumnos...), los niños no se queden solos en clase, y mucho menos, se vayan a casa o a jugar al patio.

Según la indiosincrasia del instituto, las funciones pueden variar. Por ejemplo, respecto al lugar donde se ubica uno mientras estas de guardia. Se puede estar en la sala de profesores tranquilamente leyendo la prensa, en la conserjería cual segurata de discoteca, o recibiendo a los expulsados que se suceden a lo largo de los sesenta minutos que duran nuestras sesiones en una sala adecuada a tal efecto.

También pueden variar respecto al trabajo que tiene uno durante la guardia. Trabajé en un sitio en que se equiparaban muchas de las funciones del profesor de guardia a las del director, que nunca estaba (porque daba clases por la noche).

Otro factor de variabilidad viene dado por los compañeros que te tocan. Si son profesores de la vieja escuela, de cuando las guardias se podían utilizar para hacer una escapadita a El Corte Inglés, vas bien servido, porque te costará lo tuyo hacerles ver que no siempre vas a ser tu el que cubre las bajas.

Este año, sin embargo, doy una guardia sin compañeros, en una hora tonta en la que casi no quedan alumnos en la casa (sólo los de segundo de Bachillerato). El trabajito extra de esa guardia consiste en hacer que los niños rezagados salgan de verdad a la calle, que se vayan de una vez, para poder cerrar puertas. Uno de los puntos calientes son los lavabos. Muchos profesores no entran en ellos por temor a ser acusados de poco menos que de sátiro. Como yo ya tengo una reputación, entro igualmente para despejar y asegurarme que no se fuma, etc.
Paquita Fontanella es lavabera. La conozco desde que llego al instituto y no hay lío donde no esté metida ella. Cuando le urgí a salir del lavabo, que se iba a cerrar ya me contesto gritando:

Un momento que me estoy cambiando la compresaaaaaaa!
Cuando iba a decirle que hay cosas que yo no tengo por qué saber, abrió la puerta y salió corriendo.

lunes, septiembre 20, 2004

Diversidad

El ultimo artículo que publiqué no ha gustado tanto como otros: me gustaría decir que la vida del mestre tites es dura. No suelo hablar de los personajes siniestros como la protagonista del anterior post; pero bueno es recordarlos para valorar lo que uno tiene ahora. Además hay que agradecerles el hecho de que lo curten a uno, le previenen de repetir errores en buena medida (aunque no de modo total).

Estos días estamos clasificando niños según sus posibilidades, reajuntando grupos, sacando de aquí y de allá: en definitiva administrando la diversidad en la medida de lo que podemos. La diversidad puede ser de muchos tipos, claro. Hoy he dado una clase de inglés a unos que tienen todos un buen nivel (alto) todos pero que lo tienen por diferentes motivos que les condicionan su carácter:

a1) Son extranjeros y por tanto saben inglés de supervivencia pero no español ni catalán,
a2) Son extranjeros pero de paises cuya primera lengua o segunda es el inglés ( y lo saben como lengua materna, aunque puede que lo sepan escribir o no, esto suele depender del alfabeto en que han aprendido y el tiempo que llevan aquí)
b) Son de casa buena y sus padres les han pagado estancias en el extranjero (namely Inglaterra o Irlanda),
c) Hay un superdotado que va un curso por delante de lo que le corresponde por edad,
d) Son buenos estudiantes en general: Van bien en inglés y en lo que se les ponga por delante.

Insisto que esto es un grupo supuestamente homogéneo porque todos tienen un buen nivel del idioma.

Pero claro...
Ya he tenido las primera peleas entre dos niños malcriados del grupo b) que se estaban metiendo con una alumna seria, que queria hacerlo todo a la perfección del grupo d),

Se me aburre soberanamente el del grupo c), que por proximidad geográfico-asientil podría juntarse bien con la niña del d) o con los dos del b)

¿Podría haber un conflicto entre los del a1) y el a2)? No creo porque no hay cohesión entre los del a1), cuya lengua materna no es la misma a pesar de ser del mismo país.

Si se acaba el Fòrum y no habéis podido venir os invito a mi clase un día.

viernes, septiembre 17, 2004

Chenifer Putiérrez y la maravillosa mesa de sonido

Tal y como prometí ayer, os cuento una aventura que me sucedió ya hace unos años. Está basada en una alumna que habitaba en aquel instituto donde el metro acaba y cuya faz todavía puede despertarme en la peor de mis pesadillas.

Contaré dos anécdotas de ella, una al principio de curso y otra al final, pero dan una idea de su encantadora personalidad:

Principio de curso
El mestre, o sea servidor, todavía no conocía el talante (está de moda esa palabra ahora) de sus alumnos y pedía deberes (iluso) de un día para otro. Al pedirlos al principio de la clase. Chenifer levantó la mano y le ofrecí la posibilidad de leer al resto de la clase su pequeño párrafo, a lo que ella se dispuso.

Algo no cuadraba en su lectura. Mucha elaboración, pero poca soltura. Usaba frases subordinadas pero pronunciaba brother como si la "h" no existiera, es decir "broter", a lo bruto. Era evidente que aquello que leía no era suyo. Aún así le dí diplomáticamente la oportunidad de rectificar públicamente:
-¡Qué redacción más bonita, Cheni! ¿Te ha costado mucho hacerla?
No pudo. Un compañero se tomó la libertad de responder por Chenifer, con su acento de los grandes éxitos de Estopa:
- Et-to lo ha copiao der libro del año pasao, profe. Créame, que yo lo sé, que también lo tenía.
Cheni se levantó a golpear a su amiguito mientras gritaba:
Hijoputamariconcraboooooooooooon!

En el camino me interpuse yo y la expulse por primera vez, porque en mi clase no se insulta ni se pega. Al salir de clase aún me gritaba:

Profeee ponme una buena nota que por lo menos me he "asforzao".


Final de curso
... y exámenes finales. Entro en la clase y están todo sentados. No puede ser. Nunca me esperan así. Es evidente que han escrito cosas en las mesas y que se han colocado estratégicamente para copiar. Un simple vistazo a la ubicación de las perlas y joyas de esa clase me confirma la intuición por lo que se impone un cambio de sitio. Pero mi error es empezar por ella.
¿Por qué? Siempre a mí. ¡No tienes derecho y te voy a mandar al Consejo Escolar!
Le advierto (porque se está jugando el curso, sólo por eso) que está empeorando su situación cada vez que abre la boca y que haga el favor de obedecer en ese momento ya que sus compañeros están esperando. En vez de hacerlo, me clava la hoja del examen encima de la mesa con una violencia extrema, tal que siento el golpe como si me lo hubieran dado en mi cara.

Estábamos en el aula de idiomas y la mesa era una mesa de sonido con diversos botones que saltaron por los aires y se desmontó parte del tablero. Os ahorro los pormenores pero tuve la desgracia de conocer a sus padres que eran peores que ella durante el consejo escolar que evidentemente, se celebró con ella de tema. No pagaraon nada del desperfecto y se llevaron a la perla a otro sitio al curso siguiente.

jueves, septiembre 16, 2004

Mestre para todo

Os debía una explicación, que de hecho empecé ayer, sobre cómo he podido quedarme a trabajar en el Instituto donde he estado elso últimos dos (y con este van tres) años.

Expliqué una vez las rigideces del sistema funcionaril y cómo me afectan a mí. Bien, los años de experiencia y mi buen hacer, amén del conocido dicho catalán de "feta la llei, feta la trampa" han obrado maravillas en mí.

Resulta que otras personas han venido ocupando de manera definitiva las horas de inglés que yo daba en el centro y me tenía que haber marchado a otro sitio. Pero no. El ser alguien ya conocido en el Instituto y el saberse que estoy a punto de acabar humanidades en la UOC me han servido para que por un procedimiento administrativo demasiado complicado para explicaros en este blog me hayan reclamado desde dirección para dar lo poco que quedaba de inglés y otras asignaturas. Éstas incluyen catalán, castellano la AR que comentaba ayer e inglés.

Se están produciendo situaciones curiosas que se normalizarán con el tiempo, como por ejemplo que a veces estoy en un departamento y a veces en otro, o que ciertos alumnetes que me conocían en la version 1.0 de English teacher ahora me conocen como Mestre 2.0, mestre para todo, incluso hablando en castellano y otras lenguas indígenas.

Alguien podría pensar si estoy preparado, o si esto es legal. Por supuesto que es legal, ya que todos los nombramientos en la escuela pública son (valga la redundancia) publicados y se podrían recurrir si no fueran conforme a ley.

En cuanto a si estoy preparado, creo sinceramente que lo estoy ahora mucho más para tres asignaturas nuevas que para una sola recién aprobado las oposiciones. No estamos hablando del bachillerato sino de la ESO, cuyos contenidos (ahora se les llama currículum) son muy transversales y comprensibles, y para la cual hace falta una mano izquierda, o filosofía práctica, o (póngase aquí lo que uno quiera) que no se enseña en ningún lado sino es con experiencia.

Por supuesto algunos sindicatos que se nutren sobretodo de interinos y substitutos critican y denuncian situaciones como la mía, pero como podéis imaginar me la trae al pairo. La experiencia tiene que contar y la confianza que uno se gana en los sitios también. Precisamente para que no se acuse a la administración pública de no trabajar con criterios profesionales.

Sí, ya sé que hoy no ha sido muy divertido, pero tenía que explicaros esto.

Mañana cambio el registro y os explico una aventurilla.

miércoles, septiembre 15, 2004

Primer día de clases

Bueno, pues hoy he empezado. Hay personajes ya conocidos por algunos de vosotros, otros por descubrir.

Para mi tranquilidad, ni Virginia Perfídiez (su padre le ha cambiado de instituto), ni Pocholo Campos (en otro grupo jejeje) van a estar delante mío este curso. Pero habrá otros pequeños indeseables, claro.

Ha habido reencuentros, sobretodo.
Me he reencontrado con Sió Domenech, eternamente aburrida en mis clases del año pasado, y que me ha escrito una redacción sobre lo mucho que se ha aburrido este verano. Hay gente aburrida.

O con Julito, al que ya conocéis y que se cree superior a los de su especie, los primatillos de 3º de ESO. Hay que decir en su favor que lee bastante.

Aún es pronto para hablaros de los nuevos personajes. Pero hay algunos pequeñajos (1º de ESO) que prometen, por lo que he podido ver hoy. Me estreno, con ellos, como profesor de una asignatura nueva, AR (alternativa a la religión). Me gusta esto porque es una manera de aplicar los conocimientos que adquiero en mi licenciatura de humanidades en la UOC y ha sido una manera de poder quedarme en el instituto donde estaba el año pasado. He preparado algunas cosas este verano y la verdad es que hoy se ha notado.

Los niños son bastante ateos en el sentido ignorante de la palabra. Hoy he descubierto por ejemplo,

Que la mayoría no saben de donde viene lo de los regalos por Navidad,
Algunos confunden al papa con un Dios,
O a Bin Laden con un sacerdote,
Y piensan que Lisa Simpson es Budista porque practica el yoga , y su vecino Flanders católico romano porque reza mucho.

(En Mallorca, el año pasado cuando visitabamos una iglesia en plan turista, algunos pensaban que era un sitio para sentarse y se estiraban de cualquier manera, y solo les faltaba liarse un canutillo)


Mañana más...

martes, septiembre 14, 2004

Pánico escénico

Yo no sé si ésto les pasará a otros mestres o no, pero yo antes de cada principio de curso tengo una especie de miedo a saber cómo serán los mequetrefes con los que me tendré que jugar los cuartos el año que viene. Una vez empiezo, se me pasa todo y como si nada. Pero cuando me da esa neura, pobre de quien esté a mi lado. Debe ser algo parecido al pánico escénico que sufren los actores antes de empezar cada función.

No sé por qué me pasa. El año que viene sé donde voy a estar y qué voy a dar. Las incógnitas son mínimas. Pero...

Mi tutoría de cuarto de ESO,
¿tendrá entre sus alumnos a Pocholo Campos, ese plasta que se creía tan gracioso el año pasado?
¿o a Virginia Perfídiez, cuyo padre es compañero en el departamento de Educación y llama a inspección por no quejarse (ya que cree que así perjudica menos a su nena)?

¿Como serán los nuevos compañeros?¿Entraré bien en los cursos donde los alumnos aún no me conocen?

Doy asignaturas nuevas para mí. ¿Cómo me desenvolveré?

Mañana, la rentrée. Y la rentrée de este blog. Gracias a todos los que habeis mirado de vez en cuando a por si volvia a escribir durante el verano. Vuelvo...