martes, noviembre 30, 2004

Impertinencias

Hoy hemos tenido examen final de inglés de trimestre en 4º de ESO. Ya os he contado lo pijos que son algun@s. La mayoría de las niñas ya han pasado el correspondiente verano en Irlanda o el sur de Inglaterra (no en Londres, que se corrompen), con lo cual examinarles de Inglés (otro día hablaré de enseñarles) se convierte a veces en toda una osadía para la cual hay que pedir permiso. Y tienen 16 añitos las criaturas.

Bueno, pues lo de hoy me ha dolido porque el examen no lo había confeccionado yo sino otra profesora, amiga. Y nada más repartirlo ya han empezado a criticar el formato, la puntuación, etc.

Jo, todo el finde estudiando para que luego salga otra cosa.

Era Berta Bonet, que criticaba que no era un examen de gramática a la antigua usanza, sino más comunicativo, de aplicar lo que se ha estudiado en situaciones diversas.

Esta pregunta no está bien redactada: En el Americano (Instituto de Estudios Norteamericanos, donde van los que no pueden pagarse el Británico) este examen te lo tumbarían fijo, Mestre.

Era Anna Konda, que no sabe que el norteamericano es en realidad una escuela de idiomas venida a más, sin nada que ver con el gobierno de los EEUU, y por eso dan siempre la razón a los clientes.

Dan ganas de hacerles algo malo, pero luego te sacan dieces y no se puede hacer nada más que bajarles los humos en el día a día:

Anna, esto no lo digas cuando vayas a selectividad, porque a la que te impugnarán será a ti.

Claro que Anna cree que cuando a ella le toque, ya no habrá selectividad, porque el año pasado se manifestó contra esta prueba en una campana colectiva de Física y Química, Dibujo y Socis con su amiga Berta, con Ramoneta Perez-Montoliu, y Dídac Montornés, que siempre va con ellas porque no le gusta hablar de futbol.

Fue su primera mani, y cuando puedan piensan repetir.

lunes, noviembre 29, 2004

Batalla de reinas

Las niñas a los 14 años suelen alcanzar la edad del pavo. A partir de los 15 comienzan a hacerse mayores y hacia los 16, suelen ser encantadoras y muy buenas amigas. Pero...¡menudos 14 años gastan algunas!

En la clase del mal Feng Shui que comentaba el otro día, tengo alumnitas de esa edad. Pero, como novedad tengo a dos que rivalizan en llamarme la atención y se pelean entre sí. ¿Servidumbres de ser profesor joven y de buen ver según dicen? Bromas aparte, os aseguro que las peleas entre ellas son mucho peores y duraderas que las que se producen entre niños. Un día hablaré de las peores peleas entre alumnos en la vida profesional del Mestre Tites.

En la clase del mal Feng Shui, como decía, están Lolita Gómez, a la que ya conocéis y que viste como la Madonna de los 80 y Roxanna Calabuch, para quien convertirse en Cher es sólo cuestión de tiempo (y dinero). Para colmo, esta Calabuch me recuerda a un hermano que tuve de alumno de infame recuerdo. Total que si escoger me dan con ninguna me quedo. Hoy han entrado ya peleadas y se han dedicado a boicotearse las respectivas intervenciones de clase. Yo me limitaba (porque estaba cansado, última hora del día) a apuntar negativos y malas notas en mi libreta (de papel) y en mi agenda (electrónica, con un dominio ya envidiable).

Como quiera que en primera fila tenía a Miki de Castro, de la resistencia, que les ha informado de mis anotaciones, han venido a suplicarme perdón al final de la clase, intentándome convencer que la culpa de todo era de la otra.

Yo he pasado olímpicamente de ellas (había sonado el timbre), pero como Roxanna ha insistido más de la cuenta le he puesto un parte (anotación con informe a la tutora y a Jefatura de estudios) que me ha supuesto una amenaza de “irás a...” que me he pasado por el forro, ante las risas de la Gómez, que (casi simultáneamente) empezó a recibir tirones de pelo y patadones de la Calabuch. La cosa se complicó con las mesas y las sillas.. Hasta mi intervención más o menos inmediata y el castigo que les va a caer desde arriba: seguramente no irán a la excursión del Crédito de síntesis, cosa que agradecerán sus compañeros y los profesores acompañantes.

Es que los lunes son muy malos.

sábado, noviembre 27, 2004

Videojuegos

Debo pedir disculpas por no haber escrito durante tanto tiempo. No es perrería por mi parte, han sido conjunciones de trabajo e historias personales. Superadas éstas, espero reemprender el ritmo pronto.

¿Os acordáis de mi clase favorita del año pasado? Era aquella de los martes por la tarde. Bién, ese grupo se disolvió al mezclar los alumnos en diferentes grupos pero a algunos de ellos aún los tengo en el crédito variable de redacción de castellano. Crédito que por cierto se acaba la semana que viene, cuando tendré a otros alumnos nuevos.

Han producido unos quince escritos cada uno, procurando que se den los más diversos formatos: poesía, teatro (un sketch de una serie de televisión), narración, instrucciones, cartas de amor.. Lo hemos pasado en grande. Pero hoy os quiero comentar una actividad a la que he descubierto que se dedicaban con el ordenador (el crédito era en el aula de informática) cuando no les veía o cuando acababan antes de tiempo. Prohibidos de antemano el porno y el messenger, no podía prohibirles lo que no conocía y descubrí, horrorizado: los juegos on line megaviolentos.

Inspirados en Kill Bill, Matrix o Blade y mezclados estéticamente con Shin-chan o los Teletubbies, mis angelitos soltaban carcajadas con las mil formas de morir de animalitos que harían temblar de miedo hasta a los Rasca y Pica de los Simpson. Generalmente suelen ser aplicaciones en Flash (como ésta) y a veces ni siquiera presentan elementos jugables. Son simples historias cortas para pasar un rato. Por lo menos practican inglés...

miércoles, noviembre 17, 2004

Día Durillo

Vaya día el de hoy. Las guardias se han hecho efectivas y hay niños a los que he visto dos veces, una para darles clase y otra para vigilarles en ausencia del profesor correspondiente. Para colmo me he entrevistado con los padres de un chaval que probablemente suspenderá (por su actitud infantil e immadura). La frase apoteósica de los padres ha sido:
¿Qué tenemos que hacer para evitar que lo suspenda todo?
Después de reconocer que su hijo no está por lo que está y todas sus carencias como estudiante, claro.
Es que el año pasado nos estresamos mucho durante el tercer trimestre para que remontara, y no queremos que pase lo mismo otra vez.

El toque de humor me lo han aportado mis adorables monstruitos cuellicortos de Alternativa a la Religión. A la hora de su clase se ha ido la luz y, claro, en esas condiciones no hay Powerpoints ni Diesmandamientos que valgan. Me ha costado mucho mantener su atención al tiempo que improvisaba una clase, y en algún momento he simulado un enfado modalidad bronca larga:
- Os voy a poner un castigo que no os lo imagináis. Me vais a tener que pedir perdón por este trato que me estáis dando y vais a desear no haberos portado tan mal...
-Va a ser un castigo como los que ponía Dios a los israelitas? Un Diluvio o una plaga?
Era Luigi Bernard, el empollón graciosillo con el que ya empiezo a congeniar.
-Os prometo que va a ser de dimensiones bíblicas.
Mestre-1 Monstruitos-0

lunes, noviembre 15, 2004

Fin de la inactividad

Os comento que he estado fuera de combate laboralmente por problemas de salud, propia y ajena.

Recuperado, mañana vuelvo al trabajo con nuevas aventuras de mis adorables frikis, fuente de inspiración de este mi y vuestro blog.

Hasta mañana.

martes, noviembre 09, 2004

Salida al Teatro

Hoy, tal y como os comenté, hemos ido al teatro, a ver el Mikado. Los niños se han portado bien, y eso que la cantidad que llevábamos de ellos era de tres cifras. ¡Hasta hemos utilizado un profesor en prácticas del CAP para que nos ayudara! La función era tal y como ya la preveía: acortada, con participación del público en forma de palmas y salidas involuntarias al escenario, pero con una novedad: un patrocinador que les da el desayuno. Que hay que estar en todo, que los niños comen mucho cuando pegan el estirón. Si Gilbert y Sulliven, los autores, levantaran la cabeza, quizá pedirían royalties también a la casa de chocolates.

Bueno, la compañía lo hacía muy bien. Tenían el valor de traspasar la acción al Far-West (un detalle subversivo que se agradece para los que ya vimos la adaptación de Dagoll Dagom, más respetuosa) y manejar a unos niños que sólo ven televisión de la mala les denota más mili que al mismísimo Juan Carlos. Olé por ellos.

A la vuelta me he ido con mi grupito preasignado de niños en metro. Paso menos vergüenza en el metro que en el autobús, no se congestionan los buses en esta la semana de la movilidad, y de paso me he aislado un poco de mis compañeras de viaje de hoy. No es que no las aprecie, es que estaban un poco sargentas y no saben que estos niños que tenemos en este instituto son una maravilla, que se cuidan solos y que se saca más de ellos si se les deja un poco más sueltos. Lo que me ha pasado a la vuelta en el metro lo demuestra: Yo me he sentado en un extremo del vagón y poco a poco se me han ido acercando los veinte para darme conversación, contarme sus cosas y echar unas risillas. Esto es lo bonito de las salidas, y los que nos hace amigos a la larga.

domingo, noviembre 07, 2004

Antes y ahora

Voy a redactar de nuevo un mail que me ha llegado en forma de cadena, muy desgastada, en muy mal estado. Ilustra bastante bien como los niños, y por extensión los adolescentes de hoy en día están sobreprotegidos. La persona que escribió esto debe tener unos 45 o 50 años, pero a los de 30 muchas cosas también nos suenan bastante.

Salud: Nosotros dormíamos en camas pintadas con colores chillones a base de pintura con plomo, no llevábamos cinturón de seguridad ni asiento especial cuando éramos más chiquitines (los airbag y otros dispositivos eran ciencia-ficción). Bebíamos agua de la manguera, a morro de la misma botella. No había dispositivos de seguridad en los medicamentos, ni en los productos de limpieza.

Seguridad: Salíamos a jugar.. ¡a la calle! con la única condición de volver a casa antes de que anocheciera. Íbamos a comer a casa al mediodía, y en ese intervalo de tiempo estábamos fuera de control de nadie, puesto que aun no existían los móviles.

Escolarmente: Los alumnos que suspendían, repetían. No iban a ver a psicopedagogos, ni a psicólogos. No se conocía la dislexia, ni la falta de atención, ni la hiperactividad. Para los alumnos con problemas, existían las segundas oportunidades.

¿Cómo hemos llegado vivos hasta aquí?

Yo añado: ¿cómo es posible aprender si uno no se equivoca, se pierde, fracasa alguna vez? ¿Si uno no adquiere responsabilidades de manera paulatina, si no les dejamos salir de esa jaula de oro?

viernes, noviembre 05, 2004

Feng Shui escolar

El otro día hablaba del bullying que afecta a algunos miembros de la comunidad educativa. Hoy voy a hablar de algo parecido, pero que no es lo mismo. Cuando hay mucho mal rollo en una clase, pero en general y no contra una persona en concreto.

Es triste que esto suceda, pero si también sucede con los mayores, ¿por qué van a estar los adolescentes exentos? Hay una clase en la que nada más entro ya se me sugiere lo que debo hacer: se me pide castigo para alguien, o que ponga retraso a todos los que no están, o que repare en aquel graffiti en la pizarra, por si me doy por aludido. Qué se deben haber hecho estos monstruos entre ellos, para odiarse tanto entre sí y que pasará a lo largo del curso, que acaba de empezar...

Yo creo que la clase tiene el feng-shui por los suelos. Me explico: En ese aula entra el sol casi todo el día, deslumbrando al principio del día y dando calor después. Las peleas por subir y bajar persianas y por abrir y cerrar ventanas son interminables. Mi amiga Pilar Cortinilla, que lleva ya dieciséis años en la casa, opina lo mismo y con más fundamento. El grupo que alberga ese aula acaban odiándose y peleándose entre ellos, y un día vamos a tener un disgusto.

Mirado desde otro punto de vista, se podría poner juntos a todos los indeseables de la casa en ese aula para que se hicieran daño entre ellos y así irlos eliminando. Pero qué poco educativo me ha quedado esto...

miércoles, noviembre 03, 2004

Anecdotillas del día

Hoy estoy un poco más de humor respecto al trabajo. Los niños han hecho tonterías que paso a explicar aquí.

La primera no me la han hecho a mí, ha sido un comentario que le han hecho a mi amiga Pitita Gómez-Rovira, profesora de castellano y de las pocas profesoras de mi edad que hay en el centro. Resulta que unos alumnos han ido al Raval, ese barrio de Barcelona tan pobre en dinero y tan rico en cultura y diversidad. Al pasar por un instituto de la zona, el comentario de Caroline Herrérez, alumna nueva de la parte de arriba de Pedralbes ha sido impagable:
-Ay Pitita, mira que tienes suerte de darnos clase a nosotros y no a estos desgraciados.
No lo comento porque se comenta solo.
La segunda me ha pasado a mí, en esa clase llena de chicas guerreras que se rebelan contra el patriarcalismo de la Biblia. Confieso que es una clase con engendritos divertidos, y creo que me lo voy a pasar bien con ellos, pero todavía tengo discusiones bizantinas con ellos. Es por la edad. Ya comenté una vez lo que me cuesta entrar con estos mocosetes. Pues bien, ahora estamos viendo Los 10 mandamientos (para que no se me cansen de los Powerpoints) y no os podéis imaginar lo que me ha costado convencerles que esta versión es al menos tan buena como la que conocían ellos, que valía la pena que la vieran. Al final he perdido un poco los papeles y les he amenazado con quitarles la película y todas las películas del curso, y se han callado para el resto de la clase.

martes, noviembre 02, 2004

Pensamientos (in)conexos

Este fin de semana largo, se han cargado la puerta del parking del instituto, con lo cual de momento (y parece que va para largo, puesto que la reparación es muy costosa) habrá que abrir con llave de mano (y cerrar después) ¡Qué cruz!

¿Qué es lo que mueve a enérgumenos a hacer estos actos vandálicos? Ciertamente éste jode al profesorado, ¿hay que pensar en alumnos o en ex alumnos?
¿Tiene que ver algo la fiesta de Halloween, y se habrá celebrado además un ritual satánico?

Hoy me he quedado un poco mustio, porque se me dificulta un poco más el acceso al trabajo. Voy en coche porque desde mi pueblo tardaría una hora más si cogiese el transporte público, no por capricho. Pararelamente, está a punto de llegar la convocatroria del concurso de traslados y pienso que a ver si este año me toca al ladito de casa, a ver si tengo esa suerte.

Hay un instituto al que le tengo echado el ojo. No es el de mi pueblo, que ir a comprar el pan y que te atienda la madre de un alumno al que has suspendido puede hacer que te siente mal la cena. Es el del pueblo de al lado, al cual se accede por una preciosa carretera de pinos que debe ser aun más bonita al amanecer. Casualmente también hoy he pasado por delante de ese instituto a la hora de salida (venía de comprar, no estaba espiando nada...aún). Los niños parecían normales, claro, no como los míos que mean Paco Rabanne.

Voy a pedir ese instituto para el año que viene, a ver si puedo y tardo cada día veinte minutos en ir y volver del trabajo.